Si Estados Unidos establece aranceles a sus importaciones de cobre, el resultado principal será encarecer en su mercado un insumo de múltiples usos, desde la construcción de nuevas viviendas y la expansión de centros de datos hasta la electrónica y el equipamiento de transporte, dados sus atributos de conducción eléctrica.
Un arancel se puede justificar para proteger una industria naciente o alguna que estuviera amenazada por la competencia desleal de un país o por una sobre-oferta puntual en los mercados que pudiera desestabilizarla. No es el caso de la producción de cobre en Estados Unidos: si no es mayor no se debe a la competencia externa, pues a los precios de mercado actuales prácticamente todos los yacimientos son rentables, mientras establecer nuevas minas supone realizar inversiones en un recurso no renovable con rendimientos de extracción decrecientes y que maduran en no mucho menos de una década.
Por eso Estados Unidos, que consumió en 2024 un monto de 1,66 millones de toneladas de cobre refinado y produjo, según el Servicio Geológico, unas 850 mil toneladas, tiene que importar la diferencia. Son alrededor de 810 mil toneladas, de las cuáles unas 500 mil provienen de Chile (un 11% del cobre exportado chileno), situación que aranceles altos no van a cambiar antes de mucho tiempo. Si los compradores de cobre en Estados Unidos le piden a los exportadores desde Chile que absorban el monto del eventual nuevo arancel (50%) y disminuyan sus precios, éstos buscarán otros compradores en un mercado cuya demanda global crece.
Habrá alguna turbulencia de corto plazo al alza y a la baja de los precios del cobre y alguna menor exportación a Estados Unidos si la amenaza de Trump se concreta, pero no tendrá mayores efectos adicionales en Chile. No tiene sentido que el sistema político chileno se agite en demasía por este tema, aunque se debe constatar la falta de cumplimiento de Estados Unidos al tratado de libre comercio existente entre los dos países y se deberá aumentar los esfuerzos de diversificación de las exportaciones.